sábado, 6 de julio de 2013

articulo SOBRE EL MAGISTERIOY LAS LUCHAS POPULARES -JORNADA NACIONAL DE LUCHA




JORNADA NACIONAL DE LUCHA

ARTICULO DE PUNO
El magisterio y las luchas populares

Importantes movilizaciones en casi todo el país, desenvueltas desde hace varias semanas, contra la Ley del servicio Civil y la propuesta de una nueva Ley de Reforma Universitaria, remataron el día 4 de julio con una Jornada Nacional de Lucha que ha tenido como centro de enfrentamientos la capital de la Republica, Lima, sin soslayar otras que en diversas regiones del país, han dejado como saldo decenas de detenidos, heridos y hasta 1 muerto por la brutal represión policial como en Barranca, al norte de la capital.
Miles de personas, trabajadores del sector estatal, así como estudiantes universitarios y maestros, se han movilizado en diversas regiones del país, rechazando la ley del Servicio Civil, que como la inconstitucional y autoritaria Ley de Reforma Magisterial, apuntan en esencia al despedido masivo de trabajadores.Este despido compulsivo, forzado y obligatorio que es en el fondo lo que se busca con esta ley, pretende ser negado y ocultado por el gobierno y sus funcionarios. Resulta ahora, que lo que busca la Ley es “beneficiar” a los trabajadores, “reconocerles” derechos y otros beneficios sociales y económicos, etc., etc.El mismo canto de sirena con que el fujimorismo arrebato en los 90 diversas conquistas de la clase y las masas trabajadoras. Seudos especialistas en derecho laboral, neoliberales a ultranza, han salido a defender esta Ley de marras, señalando que “ya no son los años del fujimorismo”, en que se liquidaron derechos y dieron despidos por cientos de miles en el país, que ahora lo que se busca es “mejorar la situación laboral” de los trabajadores, queriendo sembrar así el acatamiento dócil a estos nefastos proyectos. Pero, a más ya de dos décadas de aplicación neoliberal, el pueblo y las masas trabajadoras comprenden perfectamente, las supuestas bondades de estas leyes y el interés que busca el Estado.
A casi dos años del gobierno reaccionario y de derecha de Ollanta Humala, el clima de lucha social ha empezado a agravarse en nuestro país. La más grande y grave crisis económica mundial del capitalismo, en su sexto año no muestra aun salida y por el contrario con una recesión económica en marcha, ha comenzado a extenderse a aquellos países, que como el Perú, se consideraban incólumes, resistentes, “blindados” a los embates de esta crisis. Según los mejores deseos de los propios analistas económicos, la economía peruana no pasara de un 4 o 5% este año, con una importante caída en las exportaciones, con precios internacionales como el de los minerales también a baja (siendo de gran importancia para la economía, teniendo en cuenta que los ingresos por este sector son la base de la economía), con mercados internacionales que se contraen ante la crisis, etc., a la cual ha empezado a sumarse una ligera recesión y un “enfriamiento” en la economía peruana, derivando para el Estado una necesidad seguir profundizando su economía neoliberal que hoy se concreta en un plan de nueva acumulación originaria de capital, para esto implementaran menor gasto social (como en educación , salud, etc.), una mayor exacción fiscal (más impuestos para el pueblo) y “reingeniería” del aparato estatal (reducción de sueldos, negación de derechos, recortes de beneficios, disminución de planillas, despedidos). Todo lo que en lenguaje neoliberal es “justo y necesario”. Y, si así están las cosas, ¿no es correcta la justa conclusión a que llegan las masas trabajadoras, de que serán ellos como siempre quienes paguen los platos rotos de todas las malandrinadas del capitalismointernacional y sus compinches en el país? Por supuesto que sí. Y serán los despidos, una de las armas que utilice el Estado para “aligerar el lastre” (pues así consideran a los trabajadores) demostrando otra vez que son el pueblo y la clase los que cargan siempre con todas las crisis que ellos y su caduco sistema engendran.
Pero no solo son las medidas económicas que toma el Estado las que han elevado la temperatura de crisis y lucha social en el Perú, sino también los planes de control político que pretende como en el caso de las universidades. Sabemos ya por fundamento, y cansancio también, que la crisis de la educación en el Perú, en todos sus niveles, formas y “colores”, es estructural, de base, y no por “decreto” esto se va a corregir y menos superar. Que hay mafias enquistadas en la universidades, que se han hecho de estas solo “empresas” y de la educación un fin de lucro, donde egresan cada año tecnócratas mediocres y profesionales desalmados, sin el más mínimo espíritu de solidaridad ni preocupación por los demás, no es conclusión sorprendente hoy, es el resultado de 192 años de fracaso republicano y sometimiento a los imperialismos de turno, agudizado por estas últimas décadas de profundización neoliberal. Y como con los maestros, quien para el Estado es el responsable de su crisis, nuevamente como Pilatos pretende lavarse las manos, culpando a alumnos y autoridades de ser responsables del fracaso de la educación universitaria.Pretende ponerse el Estado “por encima” de cualquier interés terrenal, sin ninguna responsabilidad en los asuntos y problemas sociales, un ser inimputable, casi casto y virginal, “sin pecado concebido”, al que solo faltaría la santificación para “elevarse” por encima del “bien y del mal”. Entonces si el Estado no quiere, o no puede cumplir,con sus obligaciones ¿para qué existe este Estado?¿Solo para imponer sus leyes que benefician a un puñado y reprimir al pueblo cuando no las cumple?Que este proyecto colisiona con conquistas del movimiento como la autonomía universitaria, es tan real como que atenta contra privilegios y gollerías de mafias enquistadas en las universidades, públicas o privadas, que han hecho del saqueo, chantaje y la corrupción un “modus operandi” de ciertas autoridades y alumnos mercenarizados en las universidades. Pero, si algunos incrédulos todavía confían en el gobierno y sueñan con su “gran transformación”, échense agua a la cara y pónganse de pie. La motivación del gobierno solo es la de tener el control político de las universidades, para poner a un importante sector social, como es la juventud, tras sus planes y contener cualquier contagioso “mal ejemplo” de lucha como las que desde hace buen tiempo se desenvuelven en Chile, Colombia o México y en otros lugares del mundo en donde, para bien o mal, la juventud ha cumplido un papel determinante y clave.
El mal, casi crónico en todo este desarrollo de la lucha popular, sigue siendo la de organización. Como ganado sin dueño cada sector se lanza a la calle, con su propia reivindicación y su propio plan de lucha, sin un mínimo afán de concertar y unificar la lucha. Por el contrario, algunos elementos dentro de las organizaciones populares y gremiales siguen con su nefasta labor de soplonaje y calumnias contra los más consecuentes dirigentes. Los Hammer Villena en la capital se reproducen aquí en Puno con los Curros, Paricahuas y Luques Chayñas.
Si no se fortalece la organización popular y sindical, pero principalmente su vanguardia política, téngase por seguro el que neoliberalismo y la derecha recalcitrante seguirán su camino sin mayores problemas, arrasando cualquier tibio intento popular por contenerlos. De nosotros depende, del sector consecuente, no postergar más el día de la verdadera emancipación de la clase y nuestro pueblo.

Puno, 6 de julio

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